Sinopsis oficial
El linaje de la familia Graham empieza a desmoronarse tras la muerte de la matriarca. Tras su pérdida, Annie y su familia se ven hostigados por una presencia maligna que trae consigo una serie de sucesos inexplicables. Una de las más afectadas por la situación es su hija una niña solitaria que apenas se relaciona con la gente que le rodea y que es consciente de que algo extraño está ocurriendo.
La crítica -
Por J.M.S.
Muy inquietante en su desarrollo, debido a una excelente dosificación del suspense, Hereditary es clara heredera de un clásico de terror como La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968) puesto que combina elementos de posible locura con otros de índole satánica.
Ari Aster, un joven realizador del que solo se conocía su perturbador corto The Strange Thing About the Johnsons, debuta con este largometraje tanto en la parcela de dirección como de guión. Aficionado desde niño al género de terror, ha declarado que le interesan las películas que tratan de forma seria los miedos. Aquí lo hace porque toda una familia se ve asediada por todo tipo de fenómenos sobrenaturales desde la muerte de la abuela, una mujer tremendamente complicada que guardaba muchos secretos y que tenía una estrecha relación con su nieta, una adolescente rara.
El argumento es bastante redondo, salvo en su última media hora donde popularmente diríamos que a Aster “se le va la pinza” desde el momento que pasa abruptamente desde escenas sobrenaturales bastante creíbles (de ahí lo aterrador que resulta) a otras fantásticas, muy oníricas. A pesar de ello es una película reseñable dentro del género desde el momento en que explora las relaciones familiares dentro de una atmósfera asfixiante, donde hay secuencias alucinantes como cuando contemplamos esas maquetas en miniatura que esa madre sufridora (impresionante Toni Colette) construye de su desgarrada vida o las acciones tenebrosas de su hija menor, con un rostro rayando la monstruosidad, bien encarnada por Milly Shapiro.