Sinopsis oficial
Tras escapar, el poderoso Mago Tenebroso Gellert Grindelwald, se ha dedicado a reunir seguidores, la mayoría de los cuales desconocen su auténtico plan: formar hechiceros de pura sangre que gobiernen sobre todos los seres que no son mágicos. Con el fin de frustrar los planes de Grindelwald, Albus Dumbledore recluta a su antiguo alumno Newt Scamander, que accede a ayudarle, ignorando los peligros que le esperan. Las tramas se van desvelando mientras se pone a prueba el amor y la lealtad, incluso entre los amigos más fieles y la familia, en un mundo mágico cada vez más dividido.
La crítica -
Por J.M.S.
Segunda entrega, de las cinco nuevas aventuras del mundo mágico, que son precuela temporal de la famosa saga de Harry Potter. Se estrena tras el impresionante éxito de taquilla conseguido, hace dos años, por Animales fantásticos y dónde encontrarlos. La escritora J.K. Rowling, a pesar de ser multimillonaria, no se resigna a abandonar sus mundos imaginarios.
Continuista en su argumento con la primera película, es excesiva tanto en los hechos narrados como en la interminable lista de personajes que desfilan por la pantalla, tanto malvados como bondadosos, lo que da lugar a que resulte confusa y excesiva, entre otras cosas en su metraje, ya que los 135 minutos podrían haberse aligerado perfectamente. Visualmente imaginativa, se aprecia que David Yates conoce al dedillo el universo de J.K. Rowling, ya que también dirigió las cuatro últimas entregas de Harry Potter. En ese apartado, los efectos visuales (la mayoría de ellos digitales) son apabullantes y las criaturas, de las que es tan amigo Scamander, están mejor integradas con los personajes de carne y hueso. Hay una que siempre menciona el actor Edward Redmayne en las entrevistas: Zouwu, una especie de monstruo enorme, entre dragón y gato, con el que comparte varias secuencias.
Más oscura en su argumento que la primera entrega, se nota cierta ambición de Rowling de hacerla adulta y darle un contenido serio, desde el momento en que a nadie se le escapa que “esa limpieza racial” que pretende llevar el malvado Grindelwald supone un recordatorio de lo que hicieron los nazis. Otro asunto que se menciona de manera opaca es la misteriosa relación en el pasado de Dumbledore con el mencionado villano que, se puede aventurar, fue de carácter sexual: “fuimos algo más que hermanos”. Precisamente uno de los grandes aciertos de la película es la elección de Jude Law para encarnar al famoso profesor, años más tarde director del colegio de magia.
Como ocurre con la saga de James Bond, lo mejor en el arranque y el desenlace.