Sinopsis oficial
Carla recibe una llamada de su hermana: su padre, con el que hace tiempo que no se habla, está enfermo. Ese mismo día, Carla coge un vuelo a Almería, a la casa de su infancia. Allí, los médicos le dan a su padre pocos meses de vida. Ella se niega a aceptarlo y contra la opinión de todos, decide llevárselo a Barcelona para tratarle. Ambos emprenden un viaje para escapar de una realidad que ninguno se atreve a afrontar. Y será en esa huida donde se terminarán encontrando, donde finalmente se podrán decir adiós.
La crítica -
Por J.M.S.
El debutante Lino Escalera se atreve a abordar uno de los mayores dramas de la vida: afrontar la muerte de un ser querido, en un drama realista que ha coescrito junto con Pablo Remón (Cinco metros). En el mismo sabe transmitir con verosimilitud todas las reacciones habituales que van desde la incredulidad o la no aceptación hasta el atosigamiento al enfermo por exceso de cariño. Logra expresarlo mediante la descripción de la opuesta personalidad de dos hermanas ante la grave enfermedad de su padre, excelentemente interpretadas por Natalia Poza y Lola Dueñas. Pero el drama en sí, bien analizado, no avanza a partir del conflicto sobre la forma de cuidar al progenitor, que es un individuo tan amargado como su hija mayor.
Este largometraje también plantea de forma descarnada lo difícil que es ayudar a alguien en un duro trance si se está perdido en la vida, si se vive en un continuo escapismo y se ve negro el futuro. Por tanto, de alguna forma, No sé decir adiós es un buen retrato del hombre actual, en demasiadas ocasiones sin tener claro el sentido de su vida.