La custodia compartida se abre paso como forma de atender y cuidar de los hijos menores de edad en parejas que han pasado por una ruptura, ya sea separación o divorcio, aunque la opción mayoritaria sigue siendo la de que los hijos estén al cuidado de la madre. Los datos de 2016 confirman una evolución creciente de la custodia compartida, y de hecho se duplica respecto a 2013.