Desde Cruz Roja se considera inaceptable que tantos civiles hayan sido asesinados y heridos. Además los trabajadores y voluntarios humanitarios deben ser capaces de operar con seguridad y poder prestar asistencia vital donde sea necesario sin temor a perder sus vidas. Los fallecidos formaban parte de una operación humanitaria para distribuir comida a más de 25.000 personas desplazadas.