En la Diócesis de Albacete no se ha producido el cierre de parroquia alguna, pero sí que se ha visto forzada a elaborar un plan de atención pastoral que, entre otras acciones, ha motivado que determinadas parroquias de núcleos rurales muy pequeños hayan dejado de tener sacerdote residente, pasando a ser atendida por otro cura conjuntamente con otras parroquias.