Una bebé de un año está a la espera de recibir un trasplante

Ana Martínez
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La pequeña, que nació prematura, permanece conectada a una sonda de nutrición parenteral

A pesar de su delicada salud, tiene una sonrisa que enamora. Apenas pesa cuatro kilos aunque el pasado viernes cumplió su primer año de vida. Rut es una superviviente y como tal su madre tiene esperanza de que llegue ese trasplante multiorgánico que la desconecte de la sonda de nutrición parenteral con la que vive desde que nació.

Con 26 semanas de gestación, Conchi Rovira se puso de parto. Tras tres días ingresada y ante la imposibilidad de retener a su futura hija, le practicaron una cesárea. Y así nació Rut Fernández, con apenas un kilo de peso que la obligó a ingresar en la UCI de Neonatos del Hospital General de Albacete.

A la semana de nacer, la pequeña sufrió una enterocolitis necrotizante (ECN), una enfermedad intestinal grave muy frecuente en los bebés prematuros, que se produce cuando el tejido del colon -el intestino grueso- se inflama.

El equipo médico encargado de la salud de Rut observó la enterocolitis necrotizante a raíz de la inflamación del abdomen que presentaba la neonata y la sangre presente en sus heces. «Me dijeron que era algo muy común de los prematuros y que me hiciera a la idea de que podía morir», relata Conchi Rovira, que asegura que lo pasó «realmente mal» cuando vio a su hija intubada y anestesiada para que «no sufriera los dolores que dicen que tienen con la ECN».

Fueron momentos realmente duros para esta joven madre de 35 años, separada y con otros cuatro hijos de diferentes edades. «En Neonatos me insistían que no me hiciera ilusiones, que la niña no iba a salir».

 

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