Impulsó a la afición taurina de Villarrobledo de la mano de Fermín Del Prado, gran amigo del maestro, en uno de los festejos celebrados en la Plaza de Toros con reses de la ganadería de su hija con motivo de las fiestas patronales. Su relación personal con el pueblo ha perdurado en el tiempo desde que se organizaran con gran éxito los festivales taurinos de la madre Amparo, ya desaparecida.