En 1916 se produjo una fuerte corriente de emigración, con 161 tobarreños con destino a América, «por la pujanza económica de aquel continente y la facilidad del idioma». La localidad comienza a perder habitantes, bajando de la cifra de 8.000 que tenía establecida en el último período, a causa de la marcha de inmigrantes y la salida del municipio de jóvenes en busca de trabajo