Kiko Llaneras, especialista en análisis electoral, periodismo de datos y colaborador del diario El País habló, en una jornada celebrada en el campus sobre el análisis de encuestas en este año electoral.

¿Es difícil predecir el resultado de unas elecciones?

Sí, es complicado. Hay bastante debate sobre si es más difícil ahora o no, pero desde luego lo parece. Pero bueno, tenemos un instrumento, que son las encuestas y funcionan relativamente bien.

Hablar de elecciones es hablar de encuestas, ¿hay que ser cauto con el resultado de las mismas?

Siempre, es una buena práctica. Hay varios motivos, el primero es que si hablamos de elecciones generales estamos todavía a dos meses y se van a producir cambios. El segundo es que tenemos un equilibrio nuevo con cinco partidos y a la hora de traducir votos en escaños tiene unas implicaciones que no conocemos bien, y el tercer motivo es que siempre hay que ser cauto con las encuestas, pues son un instrumento aproximado y, aunque son el mejor que tenemos para predecir el voto de la gente, sabemos que fallan o aciertan con unos márgenes de error que existen y que no se pueden olvidar.

El escenario es más complicado porque hay más partidos, incluso, con algunos que han resurgido hace poco, como es el caso de Vox.

Lo complica de dos maneras. Por un lado, los votantes son menos fieles y una vez que se ha roto la fidelidad de voto es más fácil seguir cambiando. Por otro lado, al haber más partidos, la distancia entre uno y otro es más pequeña. 

¿En las generales, provincias pequeñas como Albacete podrán decidir?

Sí, en el caso de Albacete que reparte cinco escaños, estará en que cada uno saque un escaño (uno para PP, otro para el PSOE, otro para Ciudadanos, otro para Podemos y otro para Vox) o que el último lo disputen entre la primera fuerza y Vox, y se puede decidir por pocos votos. La conversión de votos a escaños, como no es lineal, como no es directa, introduce otra fuente de incertidumbre en el resultado electoral.

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