Cuanto más tarde, mejor. Y a ser posible nunca. Hablamos de la edad en la que se da la primera calada al cigarrillo. «Los chavales empiezan a fumar y a beber cuando aún están en la escuela», dijo rotundo Juan Agustín Morón, experto en riesgos psicosociales en adolescentes, que abogó por hacer un buen trabajo en los centros educativos para prevenir que los chicos se enganchen a estas drogas que pese a llevar la etiqueta de ‘blandas’ causan miles de muertes.

«¿Cuál es la droga más dura?», preguntó Morón a los asistentes al curso que el viernes se clausuró en la Facultad de Farmacia sobre adicción y percepción social del consumo del tabaco y las nuevas tecnologías en el que intervino este profesor de la Universidad Pablo Olavide, de Sevilla. «La heroína», contestaron, «las muertes de la heroína se puede contar con los dedos de una mano, pero las muertes por al tabaco superan las 53.000 al año». Con este dato el experto quiso dar la relevancia que tiene el tabaquismo, «la primera causa de muerte prevenible».

Expuso que si bien el consumo de tabaco se ha estancado y hay menos adultos fumadores que había en los 80’, -se ha pasado del 41% al 26% en los varones y del 27% al 17% en las mujeres-, entre los menores se ha adelantado el inicio en el consumo hasta situarse entre los 10 a los 14 años. «La nicotina es una de las tres sustancias con más capacidad de adicción, en 10 segundos está en el cerebro, pero si conseguimos que los chicos lo más tarde posible a probarla, será más fácil que no se enganchen», defendió Morón.

No obstante, admitió este experto que la promoción de la salud y la lucha contra las adicciones, no es sencilla y habló de la influencia que sobre las mismas está teniendo las nuevas tecnologías y, en especial, el acceso permanente a través del teléfono móvil a internet.

«Su capacidad para modificar conductas es poderosa», advirtió Morón, que invitó a no perder de vista su influencia. «Igual que sabemos que la moda de las cachimbas será la puerta de entrada de muchos fumadores del mañana, también debemos darnos cuenta que las nuevas tecnologías traen consigo cambios muy significativos», recalcó.

Advirtió, por ejemplo, del efecto sobre las ludopatías derivado de la facilidad de acceso de los jóvenes a juegos en internet. «Hace 10 años un bingo estaba lleno de mujeres con carritos de compra, ahora en las calles lo que han proliferado son esos sport bar o casas de apuestas», señaló, «las consecuencias van a ser brutales y se verán con el tiempo». (Más información en edición impresa)