Si de algo sirvió el incendio que en mayo de 2016 puso el foco sobre el macrovertedero ilegal de neumáticos de Seseña, fue para alertar de que éste no era el único cementerio de ruedas olvidado. Sin llegar a ser de las dimensiones del vertido toledano, donde se acumulaban 100.000 toneladas de neumáticos, en el resto de la región se localizan hasta ocho cementerios de este vertido contaminante.