Redondear. Si hace tres lustros rara vez conjugábamos este verbo, en 2002 fue sin duda la palabra estrella. Ese año, un primero de enero para más señas, la peseta decía adiós y el euro se instalaba entre nosotros definitivamente. Y aquí sigue, eso sí, después de habernos dejado un encarecimiento de la vida que supera el 37% y eso que ocho de sus 15 años de existencia fueron de recesión económica.