Un triplete de Leo Messi y un tanto de Ousmane Dembélé le dieron ayer al Barcelona el primer triunfo europeo del curso, una amplia goleada (4-0) ante el PSV Eindhoven, que ofreció mejores sensaciones que lo que el resultado indica.
Se encomendaron los azulgranas a Messi y a sus ansias por conquistar la Champions, ya que como nuevo primer capitán fijó este objetivo durante el discurso de presentación
Puso en juego Ernesto Valverde a su equipo de gala, con el debut continental de Philippe Coutinho. Desde el principio le costó al cuadro español superar el físico y el oficio de los holandeses, muy bien armados atrás y con mucha proyección en ataque.
Al Barça se le vio incómodo en las transiciones defensivas, cuando la velocidad de Lozano y de Bergwijn puso en problemas a Piqué y Umtiti, que no estuvieron muy finos, especialmente el francés.
Y es que el PSV de Van Bommel tiene más gusto por el juego que el que tenía su entrenador como futbolista. Con un dibujo asimétrico de salida, buscó el PSV situar al mexicano Hirving ‘Chucky’ Lozano en la zona de influencia de Jordi Alba, para aprovechar el espacio que por la derecha dejaban las subidas del carrilero azulgrana.