Como si de un juego de rol o una función teatral a menor escala se tratara un grupo de voluntarios albacetenses escenifica todos los años al final del curso su papel como enfermo simulando que tiene una determinada dolencia. Y lo hace ante un público muy selecto: los estudiantes de Medicina, desde el primer curso clínico, tercero, los futuros médicos en cuyas manos pondrán un día su salud.