La iglesia parroquial de San Bartolomé se quedó pequeña para el funeral de Ana Belén y Ana María, madre e hija de 46 y 18 años respectivamente, que fueron asesinadas el lunes por el marido de la primera de ellas en Daimiel. Antes, por la mañana, una concentración en el Ayuntamiento sirvió para mostrar la repulsa del pueblo a un nuevo caso de violencia de género.