Con la nueva normativa se prohíbe el lanceo de jabalí o el tiro al pichón y la codorniz. Se mantiene la posibilidad de capturar gatos o perros asilvestrados, pero solo por razones sanitarias o daño ecológico (y se multatá como infracción leve si no cuenta con autorización). También se apuesta por recuperar el concepto de coto social de caza.