La huella de ETA en la región

C.S.R.
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Ocho muertos es el macabro balance de la acción de la banda terrorista que ha afectado a ciudadanos de Castilla-La Mancha. De ellos, cuatro eran agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

Otras dos fallecidas eran hijas de agentes, muertas en atentados contra sus padres, y otros dos eran civiles pasaban por lugares donde ETA hizo explosionar bombas. Dentro de la región, la banda terrorista colocó bombas en una cafetería de Ciudad Real y junto a las autovías A-5 y A-4 a su paso por Toledo en el año 2004.