El hombre que se enfrenta a cuatro años y 10 meses de prisión por maltratar a sus progenitores de forma habitual, defendió su inocencia, aunque reconoció que había dado dos bofetadas a su padre de forma puntual, debido a que llevaba 40 años soportando su alcoholismo. En sus conclusiones el fiscal mantuvo su petición de pena y la defensa pidió la absolución.