Eduardo Pastor fue elegido presidente de Cofares el pasado mes de junio. Afronta su mandato con aire fresco e ideas de renovación, defendiendo un modelo de farmacia comunitaria en el que la rural es uno de sus pilares.

¿Cuáles son sus planes para esta etapa?
Hemos realizado un plan estratégico con el que quiero modernizar una cooperativa que en estos 75 años viene haciendo bien las cosas, pero los tiempos han cambiado y necesitamos que la empresa también cambie hacia la digitalización. Quiero dar frescura, agilidad y hacerlo sencillo, hacerlo fácil. Pretendo ser más efectivo, hacer lo mismo pero con menos coste económico y energético y quiero seguir manteniendo y apoyando el actual modelo de oficina de farmacia, que es en el que creo. Y la farmacia rural es lo más importante de este modelo.

¿No es el eslabón débil de la cadena? Ha dicho que llegar a estos puntos en algunos casos es deficitario.
No es un eslabón débil. Somos una cooperativa y se montó para ayudarnos unos a otros. El día que la farmacia rural no exista no existirá ningún modelo de farmacia. En eso consiste, en emplear el dinero de las rutas que dan beneficios en ayudar a otros compañeros a los que no llega nadie. El farmacéutico urbano que es rentable coopera para que a la sociedad de ese pueblo también le llegue el medicamento.

¿Hacia dónde van encaminadas todas estas medidas e iniciativas?
Somos una empresa que es pilar de este modelo, tenemos el 27 por ciento de la cuota de mercado y más de la mitad de las farmacias son socias de Cofares. Mi reto es hacer una empresa mucho más fuerte, tanto económica como empresarialmente. El único objetivo que puede tener Cofares en el futuro es mantener el modelo actual de farmacia. Eso sí, hay que hacer una buena gestión económica porque esto necesita inversiones y seguir evolucionando.