«Si no tengo para pagar el alquiler, ¿cómo voy a ir al dentista?», le decía una paciente a una de las higienistas voluntarias que hacen posible que en Albacete funcione una clínica odontológica que da servicio a personas sin recursos, «la mujer se ha ido de lo más agradecida, venía con una boca que casi no le permitía comer».