El número dos de los socialistas castellano-manchegos, Sergio Gutiérrez, dejó esta mañana claro que no les ha hecho ninguna gracia la visita de Pablo Iglesias a Junqueras. «Nosotros ni compartimos ni nos gusta que Pablo Iglesias vaya a la cárcel para negociar unos presupuestos», sentenció Gutiérrez en rueda de prensa.

Avisó de que Pablo Iglesias no les representa. «Ni es portavoz del PSOE ni es miembro del Gobierno», recalcó. Y además advirtió de que «la cárcel no es un anexo de las Cortes generales», trasladando así el mensaje de que la negociación presupuestaria se tiene que dar en sede parlamentaria.

Ahora bien, una cosa es que al PSOE de Castilla-La Mancha no les guste la visita de Iglesias a Junqueras en la cárcel y otra que acepten de buen grado que el PPles ataque por ese flanco. Por eso Gutiérrez pidió ayer a los populares que no utilicen de forma partidista la cuestión catalana para desgastar al Gobierno central.

Gutiérrez señaló que les está pidiendo al PP el mismo comportamiento que tuvieron en el PSOE hace un año cuando en Moncloa estaba Rajoy. «Mientras que ellos recibieron unidad y mucha solidaridad frente al desafío independentista, empieza a ser cargante que ellos se muestren de manera tan desleal desde el minuto uno que son oposición», lamentó. El secretario de Organización del PSOE expuso que hace un año lo que ofrecieron ellos al Gobierno central fue un «cierre de filas en la defensa de la Constitución y la unidad nacional». Por eso, ve con decepción que en estos momentos el PPhaya cogido la deriva de «aprovechar cualquier cosa para atacar al PSOE».

En clave regional, Gutiérrez comentó que «no dejan de ser graciosos los esfuerzos que hace el PPde Castilla-La Mancha por intentar radicalizar el debate en la región, por intentar desvirtuarlo». Le parecen graciosos porque cree que es obvia cuál es «la posición de Page en relación con la unidad de España y los partidos independentistas». Es más, apunta que «posiblemente Page sea más contundente en la defensa de la unidad de España que el PP cuando hacía malabarismos para explicar la posición titubeante de Rajoy para el mismo desafío».