Los dos novillos entraban en la localidad sobre las 12,30 horas y posteriormente hacían su recorrido en la plaza, para seguir posteriormente por las calles, perfectamente preparadas para el buen desarrollo de la suelta de los erales y seguridad de los espontáneos, corredores que se divirtieron y dieron muestra de ello con sus quiebros en la cara de los novillos.