«No puedo controlar la empatía de la afición», dijo Aira al ser cuestionado por la falta de feeling con la grada. El técnico, que se fue emocionando y terminó llorando, resaltó su comportiento profesional y que su estancia en el Albacete «ha sido positiva» recordando el primer puesto y el ascenso del año pasado. «De Albacete me marcho siendo mejor entrenador».