«Caminos anegados, bancales repletos de restos, vertidos permanentes, casas con humedades y malos olores», ese es el panorama que dibujan los vecinos de la actual depuradora de Tobarra, especialmente cuando llueve, como en los últimos días. De hecho, el Ayuntamiento de Tobarra tuvo que hacer frente desde hace décadas, a bastantes denuncias planteadas en los juzgados (la mayoría de ellas perdidas) por las que ha tenido que pagar importantes indemnizaciones, a lo que se suma el perjuicio anual de la cantidad que se abona a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) por dichos vertidos y la mala o nula depuración. Varios vecinos de la zona, la instalación está ubicada en la salida del municipio, junto a la carretera de Cordovilla, muestran su malestar «por lo que es una situación inaguantable, especialmente en los días de lluvia y posteriores, en los que por las arquetas se eleva el agua infecta que anega los caminos, desborda los bancales y llega hasta algunos bajos de las casas de campo. Y en los días posteriores, cuando se seca toda esa inmundicia, todavía es peor, por los olores que causa». Al respecto de la denuncia de los vecinos, la alcaldesa, Amparo Ballesteros, afirma que les apoya y que «continuamente se lo recordamos al Director Provincial de Fomento, ya que se trata de un tema prioritario, por la gravedad del mismo y los problemas medioambientales que conlleva, lo que se traslada a los vecinos, que llevan denunciando al Ayuntamiento desde hace décadas».