Todos los vecinos de Villarrobledo se acercan hasta la emblemática portada para ver la artesanal obra de cerca de 3.000 piezas de hierro dulce, elaboradas una a una por Enrique, artesano desde la niñez en la fragua de sus predecesores, herreros que como los tinajeros o los carpinteros han dado nombre, con mayúscula, a los artesanos del pueblo de Villarrobledo.