Manolo García, con raíces albacetenses, compuso 15 nuevas canciones en los últimos tres años que conforman Geometría del rayo, un disco que «trata de pescar esa chispa de felicidad que a veces está ahí» y conjurar «la epidemia de descontento que se extiende en un mundo trastocado». El músico catalán, que actuará en la plaza de toros de Albacete el próximo 1 de septiembre, procura tener para ello la caña a punto y parece que por ahora funciona. «Yo siempre estoy contento -aseguró ayer en la presentación de su nuevo trabajo-, tengo días malos, pero soy feliz porque me dedico a la música que me da alegrías. Si no me gustara, no lo editaría».El álbum, que salió ayer a la luz, navega por el mundo interior del inolvidable cantante de El Último de la Fila, con temas en los que se mantiene fiel a su personal estilo y que hablan de amor, desamor, pasión y surrealismo.