Maestranza enseña al Príncipe su labor de apoyo al Ejército del Aire

MARCELO ORTEGA
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Felipe de Borbón pasó la mañana en las instalaciones albacetenses para conocer de cerca las tareas de reparación de aeronaves

El Príncipe de Asturias conversa con personal de los talleres, con el coronel jefe, Rubén García, a su lado. - Foto: RUBÉN SERRALLÉ

El Príncipe de Asturias Felipe de Borbón pasó ayer por Albacete para conocer de primera mano cuál es el trabajo que el personal civil y militar de Maestranza Aérea realiza en apoyo a los aviones y sistemas de armas del Ejército del Aire, una visita que coincide con el 75 aniversario de la unidad, y que sirvió para que Su Alteza Real comprobara cómo se hacen los procesos de revisión y mantenimiento de aviones punteros en la defensa nacional, como el Eurofighter C-16, los cazabombarderos EF-18, o los reactores F-5.

El helicóptero Superpuma que trajo al Príncipe hasta Albacete tomó tierra poco después de las 10,30 de la mañana, y Don Felipe fue recibido por el jefe del Estado Mayor del Aire, Francisco Javier García Arnaiz, así como por los jefes de las distintas unidades de Albacete: Rubén García, coronel jefe de Maestranza; Guillermo Cavo, coronel jefe de la Base y el Ala 14, y Enrique Martínez, coronel jefe del TLP. Con ellos, y durante la visita del Príncipe, estuvieron también los jefes de los mandos de los que depende Maestranza:  el Mando de Apoyo Logístico (Malog) y el Mando General del Aire (Magen).

MÚSICA EN LAS PISTAS. La visita del Príncipe de Asturias fue recibida por la banda de música de la Academia General del Aire y por una escuadrilla de honores a la que el sucesor de la Corona pasó revista; después, tras dar los buenos días a los periodistas, se dirigió a la Jefatura de Maestranza para mantener una sesión informativa con los mandos, y después empezó el recorrido por los cerca de medio millón de metros cuadrados que ocupan las instalaciones de la unidad, donde se emplean en la actualidad 107 militares y 462 civiles (el personal militar no llega ni al 20% del total). El recorrido de Su Alteza Real comenzó por los hangares donde se revisan los aviones de enseñanza y reentrenamiento de la Academia General del Aire, los C-101, unas aeronaves que son también utilizadas por la patrulla acrobática del ejército y que entran en revisión cada 1.800 horas de vuelo.

El Príncipe de Asturias se interesó por los trabajos que los mecánicos hacían en ese momento en varios aparatos antes de desplazarse hacia los hangares donde el personal se ocupa de equipos y aviones como el F-5 o el EF-18.

 

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