Rapaces 'despejan' el cielo de la capital albacetense de palomas en mes y medio

MAITE MARTÍNEZ BLANCO
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Águilas y halcones han sobrevolado el Parque Lineal y la plaza de la Catedral para ahuyentar a las molestas tórtolas con notable éxito

Un mes y medio de vuelos diarios de águilas y halcones sobre el Parque Lineal, plaza de la Catedral y algunos edificios que se habían convertido en palomares, como la vieja comisaría del Paseo Simón Abril o el colegio Primo de Rivera, han dado sus frutos a la hora de ahuyentar las palomas. Los cetreros de la Asociación Príncipe Don Juan Manuel se muestran satisfechos con los resultados de esta experiencia, subvencionada por el Ayuntamiento, y que pretendía evidenciar la efectividad de este arte para mantener a raya la superpoblación de palomas de manera natural, sin recurrir a un exterminio masivo o a otros métodos. «La respuesta ha sido increíble, en los parques hemos podido dispersar a las palomas sin problemas y a nivel de educación ambiental, la gente ha podido conocer la cetrería de cerca y disfrutar de ella», destaca Adolfo Ruiz, uno de los dos cetreros.

Las rapaces empezaron a trabajar el 15 de agosto y aunque el proyecto finalizaba el 30 de septiembre, se prolongará un par de semanas más para terminar el trabajo iniciado en el edificio Cervantes, donde las palomas están ocasionando muchos problemas. Antes de realizar los vuelos, los cetreros realizaron un trabajo de campo. Detectaron que la paloma común, siguiendo su  hábito de anidar en palomares, ha ocupado algunos edificios vacíos, «su nivel de cría es increíble, en algunos edificios hay concentraciones de hasta 150 palomas», detalla. Aquí, aunque han trabajado con las rapaces, la solución pasa por cerrar los huecos que permiten el acceso.

En los parques han actuado sobre todo en la plaza de la Catedral y en la zona del Puente de Madera. En esta zona del Parque Lineal los vecinos cuelgan todo tipo de artilugios tratando de espantar a las palomas, algo que han conseguido los cetreros con sus vuelos.

La excursión. Don Sancho, uno de los halcones lanarios que se han estado volando para la dispersión de palomas, se fue de ‘excursión’ esta semana. Sobre las once de la mañana del jueves, Adolfo liberó de su capucha a Don Sancho que voló detrás de una paloma que había por la zona del Puente de Madera. Asustado por el ruido de un cortacésped, el halcón voló en lugar de volver al puño de su dueño.

Gracias a un emisor que las rapaces llevan en la pata, Don Sancho fue localizado en la azotea de un edificio y después en el patio de recreo del instituto número 4, a donde voló atraído por una torcaz.

Cuando los cetreros entraron a por él, Don Sancho voló de nuevo hasta colocarse en las inmediaciones de las vías del AVE. Su aventura terminó pasadas las tres de la tarde, cuando los cetreros, con el permiso del servicio de seguridad de ADIF, entró en la zona para recuperarlo.