ONCE y Junta suman esfuerzos para lograr la integración educativa plena

Susana Jiménez / Toledo
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Castilla-La Mancha es la región española con la tasa más baja de abandono escolar prematuro en alumnos ciegos o con deficiencia visual severa, el 9,6%, frente al 23% de media en España

Cebollada, Marín y Martínez firmaron ayer en Toledo la renovación del convenio de colaboración entre la ONCE y la Consejería de Educación. - Foto: Álvaro Ruiz

Un gran equipo con excelentes resultados. Es el tándem formado por la Consejería de Educación y la ONCE, empeñados en conseguir la integración educativa «plena» tanto de los alumnos ciegos como de aquellos con deficiencia visual severa.

Un objetivo conjunto que se materializa en la puesta en práctica de medidas «inclusivas», que permiten que estos niños y jóvenes puedan asistir al colegio en sus barrios y en sus pueblos, junto a todas las personas con las que después van a convivir.

Una apuesta «fundamental»  por la educación inclusiva, que hace la ONCE en colaboración con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y cuyos buenos resultados hacen que esta comunidad autónoma sea en la que menor porcentaje de alumnos con ceguera o deficiencias visuales severas abandonen sus estudios de forma prematura, antes de acabar la ESO.

Así se ponía ayer de manifiesto durante la renovación del convenio de colaboración entre la ONCE y el Gobierno regional a través del cual se ofrece atención individualizada e inclusiva a 320 alumnos de la región. Un convenio que ha permitido situar la tasa de abandono escolar prematuro entre estos niños y jóvenes en el 9,6%, frente al 23% que se registra en el conjunto del país, y dos puntos menos de la media europea.

El delegado territorial de la ONCE, Antonio Cebollada, y el consejero de Educación, Marcial Marín, fueron los encargados de renovar este convenio -suscrito por primera vez en octubre de 2010-, permitiendo así que durante este curso 24 profesionales presten una atención específica estos alumnos.

Un trabajo a realizar «en equipo»,  y que «ha dado ya sus frutos». Un éxito escolar «significativo», subrayaba Marín, y que supera ya en tres veces la media nacional. Resultados que vienen a demostrar que «se está haciendo muy bien y con grandes profesionales».

El consejero de Educación se mostraba convencido de que con esta colaboración se ha «dado en la diana», aunque reconocía que «hay que seguir trabajando». «No hay que conformarse aunque la cifra de abandono sea muy pequeña, la más baja de toda España y más baja que la media europea», señalaba, al tiempo que subrayaba la necesidad de seguir en esa línea.

Profesional y humano. Asimismo Marín destacaba la «gran labor» que desarrolla la ONCE, así como el «enorme equipo» profesional y humano que pone a disposición de este objetivo, desde técnicos de audición y lenguaje, a pedagogos terapéuticos, auxiliares, enfermeros o fisioterapeutas, quienes junto con los profesores y maestros de la Consejería, «forman un gran equipo» subrayaba Marín.

Un trabajo conjunto con el que se ha conseguido que los alumnos ciegos y con deficiencia visual severa «saquen los mejores resultados educativos de toda España».

Una colaboración entre ambas instituciones sin las que estos resultados no serían posibles, destacaba el consejero, quien recordaba a su vez que los verdaderos beneficiarios de este entendimiento y esfuerzo conjunto son los alumnos.

Tecnología para todos. Tras la firma del convenio, un técnico de Accedo (Accesibilidad a Contenidos Educativos de la ONCE) realizó una demostración sobre la necesidad de que las tecnologías utilizadas en el aula sean accesibles para los alumnos con discapacidad visual para poder hablar de una integración educativa plena.

Agradecimiento extensivo. El consejero de Educación, Marcial Marín, agradecía el trabajo conjunto entre los profesionales de la ONCE y los de Educación, que tan buenos resultados están dando. Un agradecimiento que Marín hacía también extensivo a los más de 3.000 profesionales que, en toda Castilla-La Mancha, están atendiendo a 8.500 alumnos con necesidades educativas especiales. A todos ellos el titular de Educación les agradecía su labor diaria profesional, «porque hacen posible que todos estos alumnos consigan una integración social prácticamente plena», y además con unos resultados académicos que, incluso, «superan a los centros educativos ordinarios», apostillaba Marcial Marín.