El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, erigió ayer a los populares en la única alternativa para las generales para cumplir el objetivo de «seguir consolidando la recuperación» y, en este sentido, proclamó que «lo peor que le puede pasar a este país es la coalición que algunos ya están preparando contra el que ganará las elecciones». Hacía así referencia a un posible pacto PSOE-Podemos, como él y sus colaboradores llevan insistiendo desde hace semanas.

En la tradicional apertura del curso político en el Castillo de Soutomaior (Pontevedra), ante un millar de militantes y simpatizantes, el gallego reivindicó que va a acabar la legislatura y que su Ejecutivo no está «en tiempo de descuento», sino que continuará adoptando decisiones. Así, volvió a insistir en la aprobación de los Presupuestos Generales, que serán la «pista de despegue» para seguir en la siguiente legislatura el camino de la «recuperación». «Seguiremos gobernando hasta el final. Solo hay tiempo de juego y vamos a marcar unos cuantos goles», enfatizó.

En este escenario, el líder del PP apostó por explicar a los ciudadanos que, en un momento «tan difícil como éste», es preciso «preservar los pilares básicos del Estado del bienestar, así como que, en «el peor momento, se han mantenido los servicios públicos».

Grecia.

También, recalcó, los ciudadanos han de saber que se les «ha pedido un esfuerzo porque había que hacerlo, porque era imprescindible», para que no ocurriese lo que «ha pasado en Grecia u otros países». «¡Se han evitado males mayores! ¡Vamos a decirles, porque es verdad, que mereció la pena! ¡Vamos a decirles que hay futuro, que ya está ahí!», exhortó.

No en vano, el «objetivo» para la próxima legislatura es llegar a los 20 millones de personas trabajando. «Sin demagogias, sin engañar a nadie, vamos a decirle a la gente que esto va bien y que el único problema que se atisba en el horizonte es la deriva hacia el extremismo y radicalización» del PSOE, criticando su «apuesta por los partidos radicales», en referencia velada a Podemos, y «su voluntad a cambiar todo lo que ha funcionado». «Esa es la única amenaza en el horizonte de la recuperación. En nuestras manos está evitarlo y ¡lo vamos a evitar!», insistió.

Apelando a sus palabras en los años en los que abrió, como presidente del Gobierno, el curso político en Soutomaior (en 2012 y sucesivos), y en las que dijo que volvería «aquí» y «las cosas estarían mejor», Rajoy adquirió de nuevo este compromiso para asegurar: «El año que viene volveré y las cosas estarán mejor que hoy».

Una vez más, defendió la tramitación de las cuentas públicas, pues «da seguridad», al tiempo que confesó que no quiere que «vuelva a ocurrir lo que sucedió en 2011», cuando los populares llegaron a La Moncloa «sin Presupuestos y en dos meses tuvimos que aprobarlos».

«Vamos a trabajar, la legislatura se va a agotar, fue lo que dijimos al principio. Con otros Gobiernos, se considera el tiempo de descuento; pero aquí no. Es un tiempo decisivo para cerrar la legislatura y usarla como pista de despegue para la siguiente», se reafirmó Rajoy, que auguró «buenos datos de recaudación» esta semana.

Sobre Cataluña, eludió pronunciarse sobre el último escándalo del CDC, pero sí insistió en que el proceso que lidera Mas es «una huida hacia adelante que ha enfrentado a la gente en esta comunidad, para engañar y para generar frustración». «Nuestra posición es clara: defenderemos, como siempre, la unidad de España, la soberanía nacional. No vamos a dejar que nadie convierta a los españoles en extranjeros en su propio país. No vamos a aceptar imposiciones para que los catalanes renuncien a lo que es suyo: son catalanes, españoles y europeos», apostilló.