Silencio entre la multitud

Ignacio Arnau
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El Encuentro del Resucitado con su madre resultó espectacular por la seriedad reinante y el nuevo escenario que se llenó de público

Un instante del encuentro en la plaza de Santa María. - Foto: Félix Moya

En una mañana radiante de sol, pero más fresquita que en días precedentes, tuvo lugar la Procesión del Encuentro de la Santísima Virgen con su Hijo Resucitado. En una nueva ubicación este año, la plaza de Santa María, y con un nuevo recorrido, el encuentro de Jesús Resucitado, Santa María Magdalena, la Virgen de la Esperanza y San Juan Evangelista resulto espectacular, tanto por la cantidad de gente congregada, por el silencio reinante y por la seriedad y recogimiento de los anderos y anderas de los tronos a la hora de realizar los diferentes movimientos y saludos entre las imágenes.

La reciente remodelación llevada a cabo en la Plaza de Santa María permitió el mayor lucimiento de la procesión, ya que la nueva distribución de la misma posibilitó la llegada simultánea de las cuatro imágenes por cuatro accesos diferentes.

Tras una breve alocución de Santiago Bermejo, párroco de San Sebastián, se produjeron los diferentes saludos entre las imágenes siguiendo lo marcado por los cuatro evangelistas en sus textos. Dicho encuentro concluyó con el saludo entre todas las imágenes, con el himno nacional de fondo y, como novedad, con la izada de la bandera de España por parte del alcalde de Villarrobledo, Valentín Bueno. A partir de ese momento, la procesión se dirigió a la iglesia de San Blas, donde finalizó con una bendición a todos los asistentes a la misma.

Y así se cerró la semana grande para todos los cristianos y las actividades organizadas para la misma por la Junta de Hermandades y Cofradías, presidida este año por Ignacio Arnau Esteso, y que afortunadamente, y gracias al buen tiempo presente, ha permitido la realización de todos los actos previstos.

A partir de hoy se inicia la cuenta atrás para todos los cofrades: ya queda un día menos para la Semana Santa del 2015. La Semana Santa del cofrade dura todo el año. Se trata de una vivencia íntima, propia y rara vez compartida. Por eso, una vez que acaba una no hacemos más que prepararnos y esperar ansiosos la siguiente.El Señor ha resucitado de entre los muertos, alegrémonos y regocijémonos todos, porque reina para siempre. La noticia feliz de la Pascua es la gran esperanza para la humanidad. Cuanto más nos acerquemos a Jesús, más nos conocemos y nos perfeccionamos.