Andrés Palacios emprende una nueva etapa en su carrera

Pedro Belmonte
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En su actuación en la pasada Feria de Albacete desplegó un toreo con clase y a la vez con recursos

Pablo Saugar ‘Pirri’, junto a Andrés Palacios (derecha). - Foto: P.B.

Entró en la pasada Feria de Albacete por la puerta de la sustitución, ya que no había sido incluido en los carteles iniciales, y su actuación tuvo calidad y apenas se notó su inactividad, ya que desplegó su toreo de clase y a la vez con recursos, por lo que, de no haber pinchado el cuarto toro, había podido ser de premio grande. Ya durante la Feria, le ayudaba el gran banderillero de dinastía Pablo Saugar Pirri, quien tras su gravísima cogida en Pamplona hace año y medio, ha decidido que no volverá a vestirse de luces, aunque lo comunicó hace tan solo un mes, anunciando en el mismo acto, que se dedicaría a apoderar al torero albacetense.

Mientras tanto, el invierno es el momento de la preparación, con ilusión y las miras puestas en la nueva temporada de 2019.

«Nada mas terminar la Feria, a principios de octubre, me puse a entrenar, con unas tablas de un preparador físico y entrenando de salón, para ponerme fuerte para este año. La preparación física es específica para lo que luego vamos a realizar en la plaza, agilidad de piernas, coger fondo, trabajar mucho los abdominales, los brazos, los hombros, en definitiva, potenciar lo que hace falta para estar en la cara del toro».

Nos habla del nuevo apoderado, de Pablo Saugar Pirri, de la larga dinastía de profesionales cabales y muy reconocidos, y de como surge esta relación. «Todo viene a raíz de quedarme fuera de la Feria de Albacete cuando salen los carteles. Tengo mucha amistad con Pablo y con su hermano Víctor Hugo que va de banderillero conmigo y hablé con ellos para decirles que esto no merecía la pena, ya que estar un año luchando para venir a la feria y no estar, había que dedicarse por completo a otras cosas, pero Víctor Hugo me dijo que esperara un poco y además estaba Pablo que había tenido una cornada muy grave en Pamplona hacia más de un año e intentaba reaparecer pero era imposible, por los destrozos que le hizo, y al hablar con ellos me, dijeron la posibilidad de apoderarme Pablo, que tenía pensado retirarse definitivamente. Eso fue como una inyección de moral y no lo pensé, ya que además de grandes personas, como profesionales son de lo mejor, así como toda su familia, sus tíos, su padre, en fin, toda una saga con gran prestigio en el mundo del toro. Pablo fue matador de toros, luego se hizo banderillero y me va a aportar muchas cosas, y de hecho ya me las está aportando ya que estamos yendo al campo y entrenando y estamos en la misma línea, para conseguir que mi toreo luzca más. Yo he sido muy autodidacta en mi toreo y he buscado lo que a mí más me gustaba y llenaba, pero alguien de su capacidad y conocimientos, puede ver cosas que yo no veo en la cara del toro, no ya su concepto del toreo, sino, como he dicho antes, de que forma, mi toreo puede lucir más y transmitir más. Hay muchas cosas que se pueden mejorar, como andar en la plaza, la colocación, las salidas, en fin, que todos los muletazos sean buenos, en definitiva, algo muy difícil, que supone conseguir lo soñado, pero ha de ser así, porque si no, te quedas atrás».

Como antes decíamos, los entrenamientos no han cesado y además ha habido campo. «Hemos estado tentando en las ganaderías del Puerto de San Lorenzo y de La Quinta, además de matar un toro a puerta cerrada, y a partir de ahora se empezará a mover todo un poco más».

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