O las expectativas generadas son demasiado optimistas, o los brotes verdes no lo son tanto. Lo cierto es que la realidad con la que ha arrancado el 2015 en la provincia es menos esperanzadora que los discursos de los responsables políticos y los mensajes de quienes defienden que se crea empleo.
El resultado de la Encuesta de Población Activa del primer trimestre del año ha demostrado que queda todavía mucho por hacer en materia laboral y que, lejos de controlarse la lacra del desempleo, ésta ha repuntado.
La provincia, según la EPA que ayer publicaba el INE, tiene 54.000 personas en paro (27.500 hombres y 26.500 mujeres), que suponen 3.000 más que las que había hace justamente un año y 2.800 más que las que arrojaba la última encuesta de 2014, la correspondiente al cuarto trimestre.
Al igual que el conjunto de afectados, un grupo minoritario pero con más dificultades de inserción, porque sobre ellos pesa el handicap de la falta de experiencia laboral, también ha crecido. Los parados que buscan su primer empleo han pasado de los 4.000 que había hace un año a los 5.800 contabilizados en la actualidad. Sólo en el último trimestre se han incorporado 300 nuevos ciudadanos, con nombres y apellidos, a este creciente cupo.
MENOS OCUPADOS. El problema para Albacete no es sólo que el desempleo ha remontado en los dos periodos, el interanual y el trimestral, sino que le acompañan otras circunstancias que empeoran la situación. Es el caso, por ejemplo, de los ocupados albaceteños.
La provincia tiene, hoy por hoy, a 133.400 ciudadanos mayores de 16 años que desempeñan un cometido laboral remunerado y por el que están dados de alta en la Seguridad Social. Una cifra clave para tomar el pulso al mercado laboral albaceteño y que la EPAtambién indica que decae.
Sólo en un trimestre, el número de ocupados de Albacete se ha contraído en 2.800 menos, cifra que se amplía hasta los 3.700 si se compara con el primer trimestre del año pasado.
Las matemáticas no engañan. Menos ocupados y más desempleados se traducen en una reducción de la población activa de esta provincia o, lo que es lo mismo, la falta de oportunidades laborales lleva a muchos albaceteños a seguir optando por la decisión de emigrar a otras provincias, otras regiones, otros países y otros continentes. El éxodo de mano de obra se ha convertido en una de las pautas que caracterizan el ámbito económico durante la crisis, sobre todo en los últimos años, y de la que Albacete tampoco ha conseguido librarse.
Prácticamente un millar menos de albaceteños conforman la población activa, integrada por 187.400 ciudadanos en edad de trabajar, frente a los 188.200 con los que se cerró el primer trimestre del 2014.
La mayoría de ellos se dedican al sector Servicios (114.200), el único que ha ganado en activos tanto en el último trimestre como en el último año, frente al resto de sectores de actividad. Todos los demás pierden masa laboral y el reparto queda con 19.100 activos en Industria, 15.100 en Agricultura y 6.800 en la Construcción.
Una tendencia que se imita con los ocupados, que sólo crecen en Servicios (tiene en la actualidad 100.300 trabajadores), y bajan en Industria (15.900), Agricultura (11.100) y Construcción (6.100).
cerca del 30%. Los números contantes y sonantes también tienen su lectura porcentajes. Uno de los que más cuentan es la tasa de paro y que, fruto de cómo ha evolucionado el ámbito laboral, ha sufrido un duro revés.
La EPA indica que la tasa de paro en Albacete roza el 29% o, lo que es lo mismo, que el 28,82% de la población activa está en desempleo. Son casi dos puntos más que hace un año, cuando se situaba en el 27,1%, pero, sobre todo, preocupa el que se acerque peligrosamente a la barrera del 30% o la sobrepase. El techo se tocó no hace tanto y en el recuerdo todavía está el 33,8% de tasa de paro de la EPAdel primer trimestre de 2013.
Hasta los inactivos pierden masa en el último trimestre (con 200 menos) aunque se han incorporado 900 en el último año, la mayoría, por jubilación, aunque son 2.800 menos que hace un año.