El Partido Popular paralizó ayer la investigación interna abierta al expresidente de Bankia Rodrigo Rato por el presunto uso fraudulento de las tarjetas b de Caja Madrid, después de que solicitara el pasado lunes la suspensión temporal de su militancia.
Así, fuentes del PP explicaron que esa baja voluntaria es automática y que, una vez que el exdirector del FMI ha dejado de ser «miembro del partido», no se le puede solicitar que comparezca para ofrecer explicaciones sobre este asunto.
En una carta dirigida a la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, Rato aseguró que pedía la suspensión «en interés del grupo» hasta que los hechos quedaran esclarecidos, pero se ponía a su disposición para «todas las explicaciones» que se le requieran ante los órganos pertinentes.
No en vano, la decisión de entregarle temporalmente el carné de la formación paraliza la investigación interna abierta por el Comité de Derechos y Garantías del PP la pasada semana, con la apertura de un expediente informativo al economista.
Por ello, fuentes populares señalaron que ahora habrá que esperar al pronunciamiento de los tribunales sobre el caso, para ver si la medida cautelar de la baja de la militancia es definitiva.
Sin embargo, el Comité de Derechos y Garantías del PP que preside el alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, prosigue con la investigación interna a los otros 12 afiliados del partido implicados en el asunto.
La decisión de Rato fue calificada por el portavoz popular en el Congreso, Alfonso Alonso, de «sensata». «Nosotros vamos a respetar ese proceso para que se esclarezca la verdad», añadió.
Además, recordó que la trama de las tarjetas b se destapó gracias a que el Gobierno de Rajoy «levantó las alfombras» tras llegar al poder. Así, según mantuvo Alonso, el Ejecutivo se encontró el sistema financiero en «situación delicada» y tuvo que tomar la decisión «difícil» de nacionalizar las Cajas y pedir un «préstamo» de 40.000 millones de euros.
Sin embargo, a juicio del PSOE, el desenlace de Rato se ha producido «al más puro estilo Rajoy», que consiste «en que otros le resuelvan los problemas», tal y como mantuvo el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando.
«Rajoy siempre piensa que el tiempo le va a solucionar los conflictos y en este caso ha sido Rato el que se ha ido, porque él no le hubiese echado nunca», aseguró.
TRES DÍAS MÁS. Mientras, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que impuso el pasado jueves una fianza de 16 millones de euros para el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa y otra de tres millones para el de Bankia, en relación con los gastos que los exconsejeros de estas entidades realizaron «de forma presuntamente ilícita» al hacer uso de sus tarjetas opacas, concedió tres días más a ambos imputados para abonar estas cantidades.
Estos requerimientos, fijados a petición de la Fiscalía Anticorrupción y con la adhesión del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), principal accionista de Bankia, incluyen tanto la responsabilidad civil que Blesa y Rato tendrían que afrontar en el caso de ser condenados por el uso de las tarjetas b, como la multa del 25 % que establece la ley.
Asimismo, en cuanto a los seis millones de euros que el exdirector del FMI percibió en 2011 del banco de inversión francoestadounidense en un momento en el que Bankia -y antes Caja Madrid- estaba adjudicando contratos precisamente a esta entidad, la Fiscalía Anticorrupción desveló que no da credibilidad por ahora a la versión del exministrosobre respecto a ese ingreso que recibió de Lazard.
De este modo, apuntó que estudia qué nuevas diligencias practicar para esclarecer el caso, según confirmaron diversas fuentes de la investigación.
Rato fue director gerente de inversiones en Lazard durante los años 2008 y 2009 y, en enero de 2010, dejó el grupo para ser nombrado presidente de la entidad madrileña.