Un arma rudimentaria

SPC
-

Apicultores y ciudadanos tratan de combatir la plaga de avispas asiáticas, que afecta ya a una decena de regiones, con trampas caseras impregnadas de dulce para ahogarlas

La avispa asiática, una plaga que afecta ya a una decena de comunidades autónomas y que los expertos señalan como una de las más peligrosas del norte de la Península, ha hecho reaccionar a apicultores y ciudadanos con métodos rudimentarios. Se trata de una variante de «investigación y desarrollo» más rudimentaria, un «I+D casero» que consiste en la fabricación de grandes trampas atrayentes con cubos o garrafas y que en el fondo contienen un líquido dulce, como azúcar o miel, y algún alcohol para evitar que acudan las abejas, según explicó el portavoz de la Asociación Galega de Apicultura (AGA), Jesús Asorey.

En las últimas semanas también se está experimentando con trampas con componentes líquidos dulces a partir de levadura de pan, glucosa y agua «que funcionan muy bien», añade el experto y detalla: «Las ponemos al lado de las colmenas y muchas avispas consiguen entrar dentro y se ahogan».

Desde el pasado 15 de julio, tres personas han perdido la vida en Galicia por las picaduras de este insecto y, en el caso de un hombre de 54 años de la localidad pontevedresa de O Porriño, murió tras ser atacado por un enjambre de esta especie invasora.

Asorey explica que «este año se ha retrasado la presencia de las avispas por el mal tiempo, pero ya están empezando a salir», y hasta principios de septiembre, con el punto máximo de desarrollo de la colonización, «no se sabrá si las medidas usadas funcionan».

El mayor tamaño de la avispa asiática (Vespa velutina), la gran cantidad de ejemplares que pueblan sus nidos y su rápida capacidad de expansión y adaptación al medio son los principales factores que convierten a este animal en una de las plagas más peligrosas del norte peninsular.

Desde que llegó a España en 2010, se ha intentado eliminar con numerosos métodos, pero la especie «no tiene intención de frenar su expansión», según un comunicado remitido de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla).