Su reino por una plaza

MAITE MARTÍNEZ BLANCO
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Más de 7.000 opositores probaron ayer suerte ante los 80 tribunales constituidos en la región para acceder a 330 vacantes convocadas por la Consejería de Educación para ser profesor de Secundaria

Alea iacta est que diría Julio César. Con los nervios a flor de piel, entre repasos de última hora, el miedo al temido bombo y la esperanza por obtener la recompensa a tantas horas de estudio, los más de 7.000 aspirantes a una de las 330 plazas convocadas por la Consejería de Educación para acceder al cuerpo de profesores de Secundaria, técnicos de Formación Profesional y docentes de Artes Plásticas y Diseño, hicieron ayer los dos primeros exámenes.

El proceso no ha hecho nada más que comenzar. Los aspirantes se presentaron ayer sábado ante el tribunal asignado y una bola determinó el tema sobre el que debían de escribir. Más de tres horas para demostrar sobre el papel su valía.

Hacia cinco años que no había oposiciones a Secundaria. La última vez que los aspirantes a profesor tuvieron una oportunidad fue en 2010. La puerta de acceso a la función pública docente se abre de nuevo, pero llega con la mitad de plazas y el doble de especialidades. Los sindicatos han tildado de «ridícula» esta convocatoria: 330 plazas a repartir entre 27 especialidades. En algunas materias los opositores no lo tienen nada fácil.

Por ejemplo en Educación Física, hay casi 500 candidatos para 10 plazas; casi igual que para Geografía e Historia, solo 25 vacantes a las que aspiran más de un millar de licenciados. La ratio conjunta es de 21 aspirantes por cada plaza, después de que casi 2.500 opositores que habían pagado las tasas de derecho a examen no se presentaran el sábado pasado en el llamamiento que convocó Educación.

Una cita en la que reinó la «desorganización», denuncia Juan Pedro Molina, de Anpe, «le hicieron a la gente hacerse un montón de kilómetros, para presentarse ante un tribunal y ni tan siquiera les dieron un certificado como que se habían personado». Aunque la escasez de plazas desanima a los aspirantes, no les queda otra que intentarlo.

Sobre todo aquellos que acaban de salir de la facultad o que no tienen experiencia como profesores, tienen una oportunidad única para acceder a la lista de interinos. Hasta ahora, los interinos que habían trabajado aunque hubiese sido un solo día para la Consejería de Educación entraban en una bolsa, a la que recurría la administración para cubrir las plazas vacantes y las sustituciones de los profesores que a lo largo del curso se ponían enfermos. Solo cuando se agotaba esa lista se recurría a otra en la que se incluía a los aspirantes que no tenían nada de experiencia.

Este criterio daba lugar a que opositores que sacaban un 10 en los exámenes no tuviesen ninguna oportunidad de trabajar. Mientras que otros que entraban al examen y únicamente ponían su firma, sin molestarse ni tan siquiera en contestar la prueba, tenían trabajo casi asegurado por el hecho de tener muchos años de experiencia como interino. Es más, había interinos que no querían aprobar para no tener que irse a trabajar lejos de casa.

pruebas eliminatorias. Esta situación ha cambiado de forma radical. Con esta oposición se reordenará la lista de interinos. Habrá una única bolsa. De entrada, para acceder se exige a los aspirantes que al menos saquen un 5 en los dos primeros exámenes que hicieron ayer. La primera prueba suele ser un caso práctico, que varía según la materia, y la segunda es un tema a desarrollar. La elección del tema se hizo en el momento del examen, con un bombo del que se extraen cuatro bolas, cuatro temas entre los que deben elegir uno.

Aquellos que aprueben pasarán a la segunda fase, la temida «encerrona», que consiste en la exposición ante el tribunal de una programación educativa y una unidad didáctica diseñada por el propio opositor. Los mejores serán los que saquen plaza. El resto quedarán en la lista de interinos. En este baremo para acceder a sustituciones y vacantes, la nota del examen se puntuará un 40%, la experiencia laboral otro 40% y el 20% restante depende de los méritos  por formación académica.

«Esta bien que se valore la experiencia, pero creo que este sistema es más justo, por primera vez se abren las listas de interinos», dice Carlos, uno de los aspirantes a una de las plazas de Economía que mantiene sus nervios a raya tratando de estar seguro con las horas estudiadas, «en todo caso, pase lo que pase, no se acaba el mundo».

unos 80 tribunales. Para examinar a los más de 7.000 opositores, se han constituido 80 tribunales. En Albacete se celebran las pruebas de Geografía e Historia, Administración de Empresas, Hostelería y Diseño Gráfico. La especialidad más demandada es Geografía e Historia, cuyos exámenes se celebraron en dos institutos, el Bachiller Sabuco y el Julio Rey Pastor.

Los examinadores son profesores ya funcionarios, a los que se elige por sorteo para formar parte del tribunal. Una ‘invitación’ que no suelen recibir con agrado, pues aunque se les paga aparte de su nómina, les fastidia el verano: hay que corregir miles de exámenes y escuchar a cientos de opositores, para al final elegir a los mejores.

El anonimato en el examen escrito se supone garantizado por un sistema de plicas. Aunque siempre hay quien duda, «yo soy muy crítica, lo cuestiono todo», dice Marta, aspirante en la especialidad de Lengua y Literatura. Sin duda, aquel que más estudia tiene más opciones, pero hay otros factores que pesan.

Saber controlar los nervios es importante, pero también depende del nivel de exigencia que se marque el tribunal en el que el opositor haya tenido la suerte de caer o incluso del tema que haya elegido a desarrollar, «si coges un tema que no elige mucha gente, puede ser que el tribunal te lo valore más y eso no depende de ti», dice Raquel Haro, que pese a haber sacado buena nota en procesos anteriores, por encima del siete, nunca ha tenido opción de coger plaza. Veremos si en esta ocasión lo consigue.