Cáritas detecta que la pobreza se ceba con las familias más jóvenes

TERESA ROLDÁN
-

De enero a septiembre de este año, la ONG católica ha atendido ya a 2.800 hogares, una cifra similar al año pasado, aunque crece la cifra de parejas jóvenes con hijos o monoparentales que piden ayuda a la entidad

Esta fotografía de una pareja sin trabajo y sin recursos que pide ayuda en la calle es una realidad de muchos hogares albacetenses. - Foto: Rubén Serrallé

La Fundación para el Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada (Foessa) y Cáritas acaban de presentar el VIIInforme sobre Exclusión y Desarrollo Social en España 2014, fruto de un arduo  trabajo de investigación sociológica realizado en los últimos cinco años y en el que ha participado un equipo de más 90 expertos e investigadores de 30 universidades de nuestro país. Este Informe analiza de forma exhaustiva -a lo largo de casi 700 páginas, ocho capítulos y un anexo- cuestiones como el modelo social de nuestro país, la actual distribución de la renta, los procesos de exclusión social, el mercado de trabajo, el estado de bienestar, qué nueva sociedad surgirá tras las crisis, el capital social y cultural, y la situación de España en el entorno internacional.

En la provincia de Albacete, según la realidad analizada desde Cáritas Diocesana, la tendencia es similar y casi extrapolable. No obstante, este año los datos evidencian, según informó la presidenta de Cáritas de Albacete, Carmen Escribano, que la situación se ha estabilizado, es decir, que si bien no se reducen los índices de pobreza y exclusión, tampoco aumentan. «El número de atenciones que hemos realizado a la población más vulnerable y en riesgo de exclusión se mantiene con respecto al año pasado por estas fechas, las cifras se están estabilizando»; sin embargo, «lo que se detecta es que la gente pide cada vez más cosas, porque sus necesidades en todos los ámbitos son también mayores; las intervenciones son más amplias y más complejas», agrega Escribano.

En concreto, son 2.779 las familias que entre el 1 de enero y el 30 de septiembre han precisado la ayuda para poder subsistir de entidades como Cáritas Diocesana, a la que demandan no sólo comida sino el pago de recibos y otras ayudas mensuales. Estas familias, con un mínimo de tres miembros, representan a su vez a un buen número de personas en excluso o en  riesgo de exclusión.

Lo que sí se ha detectado de enero a septiembre de este año con respecto al año pasado, en opinión de la presidenta de Cáritas Diocesana de Albacete, es un incremento del número de familias jóvenes con hijos o mujeres con hijos.

Además, la realidad de este año analizada por Cáritas a raíz del informe Foessa indica que ha crecido el número de jóvenes atendidos entre los 15 y los 19 años  un 45%. «Son jóvenes con los trabajamos a través de los talleres que tenemos que se han quedado al margen del sistema educativo».

En cambio ha bajado considerablemente la cifra de atenciones en el colectivo de personas sin hogar, donde se ha pasado de los 320 usuarios atendidos en 2013 a los 158 de este año.

Nunca antes se había realizado una encuesta tan exhaustiva sobre la realidad social del país. Sobre 35 indicadores sociales clásicos (educación, vivienda, sanidad, empleo, cultura, movilidad, pensiones, etc.), el estudio determina que sólo el 34,3% de los españoles vive con normalidad, sin estar afectado por carencias esenciales, mientras que un 40,6% se va hundiendo en la precariedad, el 24,2% sufre ya exclusión moderada y el 10,9% está en severa marginalidad. Por comparar por arriba, hace solo seis años no tenían problema la mitad de los españoles (50,2%). La precariedad, según constata el informe patrocinado por Caritas, afecta a ámbitos como la vivienda o la salud. De los 11,7 millones de excluidos, el 77,1% padece exclusión del empleo, el 61,7% de la vivienda y el 46% de la salud. Un tercio de los jóvenes viven en hogares excluidos. Es «la generación hipotecada», en palabras de los expertos de Foessa.

En otros programas desarrollados por Cáritas la cifra de intervenciones realizadas es similar al año pasado. Es el caso del de Mediación Jurídica, un servicio que ha llegado a 867 personas y a 52 el de Prisión y el de Infancia a 256.