Isabel Martínez Barquero: «'el nervio de piedra' es una especie de bajada a los infiernos»

V.M.
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La escritora presenta su nuevo libro de poemas

La escritora Isabel Martínez. - Foto: B.R.J.

Popular Libros acogerá hoy, a partir de las 19,30 horas, la presentación del libro de poemas El nervio de la piedra (Ediciones Oblicuas), un acto que contará con la presencia de su autora, la escritora murciana Isabel Martínez Barquero. Además de su reciente producción literaria, es autora del blog http://elcobijodeunadesalmada.blogspot.com.es y colabora asiduamente en revistas especializadas y en muy diversas páginas culturales de Internet.

Un título muy evocador, ¿no cree?

Sí, es una especie de bajada a los infiernos o un oscuro viaje iniciático. En realidad, el germen de la obra está en unos poemas que escribí hace unos años cuando estuve viviendo en Toledo hace 13 años, alrededor de tanta piedra, aparentemente inerte, pero que llega al ser humano. Ese viaje supone un divorcio entre lo que vives y lo que sientes, entre el cómo transcurre el devenir cotidiano y lo que soñado. La obra es también un paseo por las estancias más grises de la existencia, una meditación sobre la propia vida desde la edad adulta, cuando la persona es consciente de la pérdida de tantas ilusiones, enfrentándonos a un pesimismo para lograr conjurarlo.

Ese discurrir inexorable del tiempo también está muy presente en los poemas...

Así es, el tempus fugit que dirían los antiguos romanos, esa sensación de fugacidad, cómo a veces no quisiéramos que pasase ese momento tan feliz, pero claro está que pasa. Todo ello se mastica a través de todo el poemario cuando uno se da cuenta que no podemos comernos el mundo, sino que debemos buscar un escondite para que el mundo no nos termine comiendo a nosotros.

¿Existe algún nexo de unión que sirva de puente entre los distintos poemas?

Es un p oemario bastante monolítico. Está estructurado en tres partes que se llaman, respectivamente, Presentimiento, Inmersión y Salida. De alguna forma, al principio el espíritu comienza a intuir lo que se avecina por el mero hecho de estar vivos. Posteriormente, en la Inmersión, uno termina por no luchar y se entrega al horror de una serie de pensamientos. Finalmente, en la tercera parte se ha tocado fondo en este viaje oscuro, ya no se puede caer más bajo, y lo que hacemos es emerger cuanto antes con la mayor determinación posible. Aparte el libro se inicia con un poema, a modo de introito, que alude a esa idea de fugacidad, que concluye, una vez asumido el hecho de hacerse adultos, con un epílogo donde ya no se desea regresar a ese viaje.

Pese a este tono de marcada melancolía, en esa Emergencia ¿puede desprenderse una lectura positiva para el lector?

Absolutamente, siempre se está buscando una salida y en esa tercera parte se inciden en esos pequeños hechos de la existencia, la llamada sabiduría de las cosas pequeñas, que nos obliga a salir de ese estado y a seguir viviendo el día a día.

Ha cultivado diversos géneros literarios, ¿en cuál se siente más a gusto?

En cualquiera, depende del momento. La verdad es que actualmente escribo más prosa que poesía, pero ésta nunca la he abandonado, podríamos decir que predomina en momentos vitales donde existe una gran emotividad o cuando deseas transmitir determinadas cosas que sólo parecen apropiadas para el verso, mucho más evocador... podríamos decir que cuando hay un contenido más personal me adentro en la poesía, porque prefiero la prosa para la cotidianeidad de cada día.

¿Tabaja ya en algún nuevo proyecto literario?

Siempre (risas). Estoy repasando un libro de relatos que tengo concluido y por otro lado estoy metida en una novela, aunque no quiero adelantar mucho de ellas porque si no gafo las cosas... es un tema muy ajeno a mí, situada en una época futura, la verdad es que no sé si seré capaz de llevarla cabo. También sigo escribiendo poemas y acabo de terminar una novela corta donde se habla mucho de literatura.