José Miguel Garrido mantuvo un encuentro con los jugadores tras el entrenamiento de ayer, no en vano la trayectoria del Albacete ha sembrado una honda preocupación en el propio club. Tras la reunión, de la que no trascendieron detalles, los medios de comunicación solicitaron la comparecencia del presidente para que ofreciera su impresión sobre el particular.

«Hablo con los jugadores regularmente y no ha habido nada de especial interés, lo que hablamos con ellos se debe quedar en la caseta», se limitó a decir, aunque añadió:«Ellos saben que tienen toda nuestra confianza y ahora se trata de empujar todos en la misma dirección, recuperar lesionados y que la gente actúe con la profesionalidad que ya ha demostrado en muchas ocasiones».

También se le preguntó acerca de la posibilidad de reforzar la plantilla en los puestos que se precisan. «Aquí no hay partidas mágicas, las reglas están para todos los equipos de Segunda A y nosotros estamos en el límite salarial después de cubrir en 10 días la baja de Israel Bascón al tener jugadores en cartera dentro de nuestras posibilidades», recordó, y añadió: «Ahora el cuerpo técnico hará un resumen de los tres primeros meses de competición, sobre esa base propondrá medidas y nuestro trabajo será poner a su disposición las peticiones que nos hagan».

Garrido atribuyó los males en buena parte a las lesiones. «Cubriremos las carencias que pueda haber, pero la gente no se acuerda muy bien de que un día antes de la competición Miguel Núñez se rompió y una semana antes Dorronsoro nos avisó de que no podía hacer frente después de haber hecho una buena temporada; son dos jugadores relevantes para nuestro equipo, y llevamos cuatro semanas con una media de siete lesionados, a los que suplimos con el resto de la plantilla o jugadores del equipo B que suben a darlo todo como Juanra, del que estoy muy orgulloso».

«No es una excusa, es real que tenemos siete lesionados y si se los quitamos a cualquier equipo... El otro día el Osasuna pidió la suspensión del partido porque le faltaban cinco. Hay que arreglar la situación lo mejor que se puede, y a lo mejor estás utilizando el plan C porque el A no puedes ponerlo en marcha, pero recuperaremos lesionados y mejoraremos a medida que tengamos a todos los efectivos y el entrenador pueda poner en marcha su idea de juego», dijo.

El presidente volvió a respaldar con vehemencia al entrenador frente a las críticas vertidas en los últimos tiempos, y confirmó esa confianza.

«Hablo tres veces al día con el entrenador, todos estamos con preocupación, pero sabe perfectamente lo que tiene entre manos y las carencias, y cuando sabes dónde tienes el problema lo que tienes que hacer es ponerte a solucionarlo. El entrenador está preocupado, porque si no lo estuviera, el que lo estaría sería yo, pero tengo la confianza de que Luis César es la persona adecuada para sacarnos de esto», dijo.

Cuando se le preguntó si ese respaldo sería permanente, Garrido sacó a relucir su aportación económica y retó a los críticos para sustituirle.

«Vuelvo a decir lo mismo que hace tres o cuatro semanas: Luis César es para nosotros pieza fundamental en este proyecto, tenemos la absoluta garantía de que es el mejor profesional que podemos tener y nos lo demuestra cada día con su trabajo. A un entrenador no se le mide exclusivamente por los resultados, y aunque no sea la norma del fútbol sí lo es atendiendo a cómo hacemos aquí las cosas», señaló, para apostillar: «Si alguien las quiere hacer de otra manera, que venga, que me dé a mí lo que he puesto y que haga lo que crea conveniente». «Es sencillo, pero como el que pone el dinero soy yo, decido yo», concluyó el presidente del Albacete.