Asaja y UPA temen que el calor perjudique la cosecha de cereales en Albacete

E.F.
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La falta de lluvias de la primavera y un episodio de temperaturas altas que se produjo en la fase de llenado del grano hacen temer un adelanto de la recolección y un descenso de la producción

Las organizaciones agrarias temen que la cosecha de cereales de este año, especialmente de secano, se resienta a causa de una primavera sin lluvias y del episodio de temperaturas excesivamente altas que se produjo a mediados de mayo.

Así, el presidente de Asaja, José Pérez Cuenca, y el secretario provincial de UPA, Ramón Sáez, señalaban ayer, en declaraciones a La Tribuna de Albacete, que la falta de lluvias merme la producción bruta de forma considerable y que el ‘pico’ de temperaturas perjudique el peso específico del grano, a causa del fenómeno comúnmente conocido como ‘asurado’.

Aunque por el momento las cifras que se barajan son meras estimaciones, entidades como Enesa ya consideran agilizar las peritaciones de las parcelas dañadas por el clima para que se puedan aprovechar en verde, a diente o para forraje.

De acuerdo a los datos de la Aemet, el mes de abril en la provincia de Albacete fue cálido o muy cálido, con valores de entre un grado y grado y medio por encima de la media. En cuanto a las precipitaciones, fueron muy escasas, de entre un 25% y un 50% de los valores medios del período.

Mayo no fue mucho mejor y, el día 13 de mayo, se batieron récords de temperatura en muchas estaciones peninsulares, a causa de la entrada de una masa de aire desde el Norte de África. En Albacete, los termómetros rozaron los 38 grados centígrados.

El remate fue el pedrisco, que afectó a varios municipios de la provincia el día 19.

Por esta causa, el presidente  de Asaja, José Pérez Cuenca vaticinaba ayer que «sin lluvias y con medias de temperatura tan altas, como no haya cambios, en siete u ocho días empieza la recolección de la cosecha en los secanos».

Las cebadas de secano, según sus noticias, «se han empezado a poner blancas» antes de tiempo lo que, a su juicio, es síntoma claro del ‘asurado’. Y, en lo tocante a los regadíos, señaló que «la situación sin duda será algo mejor, pero también dependerá de lo que se haya regado, lo que también depende del coste de la energía, que está disparado».

Indicó que, por sus noticias, las superficies cultivadas de los principales cultivos son similares a las del año pasado -unas 160.000 hectáreas de cebada y unas 74.000 de trigo- «pero es evidente que los rendimientos serán menores, no se va a cosechar lo mismo».

Desde UPA, Ramón Sáez compartía este análisis y aventuraba una primera estimación «de entre un 20% y un 30% menos que hace un año» asumiendo que la tendencia actual «no vaya a más».

«Hablamos de una situación que afecta al cereal, pero no en exclusiva -previno- porque en algunos puntos de La Manchuela nos llegan noticias de  que se cae el grano de la uva en variedades tempranas a causa de esta mala racha de falta de lluvia, altas temperaturas y, de remate, un pedrisco».

Desde Enesa, se enviaba esta semana un comunicado de prensa en el que, precisamente, se vaticina que lo peor se lo va llevar el cereal «especialmente en las zonas en las que ya había empezado el llenado del grano».

Por eso, la Entidad Estatal de Seguros Agrarios promete «agilizar las peritaciones» para «dar entrada al ganado para aprovechamiento a dientes de la producción no perdida».