La primavera de 2018 está siendo la más pasada por agua que se recuerda en muchos años. A la gran cantidad de lluvia caída en estos meses, y concentrada en muy poco tiempo, se añaden también los episodios de fuertes vientos que se registraron especialmente en marzo. Todo ello ha generado un cóctel fatídico que ha puesto en jaque la resistencia de muchas viviendas de la provincia a los embates meteorológicos. Y eso, inevitablemente, se ha traducido en una consecuencia: se han disparado los partes de seguro por daños en las casas.«Se ha notado muchísimo, ha habido un aumento muy notable porque han sido muchos los daños constatados no sólo en viviendas, también en garajes y en coches», confirma la presidenta del Colegio Provincial de Mediadores de Seguros, Isabel García Olivares.Si bien no es fácil concretar, sí apunta que, «cuando ocurren episodios de este tipo o una ciclogénesis, el aumento en el número de partes suele estar en torno al 30%» en relación a un año normal.