¿El fin de Arenas?

JAVIER M-FAYA
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La más que probable caída del PP andaluz en beneficio de Ciudadanos en los comicios puedesuponer el adiós definitivo de un 'dinosaurio' que ha controlado el partido durante 20 años

Si hay algo que está verdaderamente en juego en las próximas elecciones andaluzas es saber si, aparte de que Susana Díaz gane más o menos bien -es decir, si necesitará a Ciudadanos o a Podemos para gobernar-, el PP pierde muchos o pocos votos, y de rebote, si la figura de Javier Arenas desaparecerá definitivamente de la escena en la región y, muy posiblemente, a nivel nacional.  

Fue especialmente hábil el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, en dar públicamente hace justo dos meses su confianza a Juanma Moreno, el líder del bloque conservador desde marzo de 2014. No tenía tiempo para poner a un candidato de su órbita -el barcelonés es de la cuerda de Sáenz de Santamaría-, ya que toda la oposición -e incluso en el Gobierno autonómico y en las filas socialistas- estaban seguros de que la número uno de los socialistas iba a convocar elecciones justo después de las vacaciones.

Parece que había otras dos razones, aparte de la premura, que hiceron que el palentino tomase esta decisión:el PP cosechará unos malos resultados salvo sorpresa, ya que Moreno no concita mucho entusiasmo y Ciudadanos sigue siendo un valor en alza. Había sonado Esperanza Oña, vicepresidenta segunda del Parlamento andaluz, pero tampoco era plan de quemarla antes de tiempo. 

También hay que señalar que en esos días previos al parón veraniego, Casado quería lanzar un guiño a su gran rival en las primarias, que, curiosamente, le venció en la primera vuelta gracias a Moreno... y a Javier Arenas, que es quien realmente maneja los hilos en el PP andaluz desde tiempo inmemorial. Oficialmente, entre 1993 y 1996, y 2004 y 2012. En la realidad...  

Cuentan desde la calle Luis Montoto 83 de la capital sevillana la anécdota impagable de que cuando vivía en Madrid controlaba de una forma peculiar a sus compañeros y paisanos. Yes que el que fuera secretario general del partido entre 1999 y 2003 y ministro -de Trabajo y Asuntos Sociales, de Administraciones Públicas y de la Presidencia- y vicepresidente segundo de los Gobiernos de Aznar, tenía, al menos, dos delfines (no trascienden los nombres por razones obvias). A cada uno le decía que eran su hombre fuerte en Andalucía, que le sucedería más pronto que tarde y que le informara de todo lo que pasaba en la formación. Para más inri, le llegaba a decir que no se fiara lo más mínimo de su otro ahijado y le contara lo que hacía. También fulminó, a 650 kilómetros de distancia, a un asesor de designación política por quejas surrealistas de la exalcaldesa de Jerez e íntima amiga María José García-Pelayo. 

Una vez que Sáenz de Santamaría ha dejado la política y María Dolores de Cospedal sigue en primera línea un poco agazapada, Arenas, al que le dieron la propina de la Portavocía adjunta del Senado, une su suerte a la de Moreno. 

Ante la cantada debacle, llegará la revolución en el PP de Andalucía, y desde luego será sin él. Juan Ignacio Zoido, colaborador cercano a Cospedal, que cogió el testigo cuando abandonó tras la amarga victoria de 2012 -y que solo duró un año y medio por las presiones-, tendrá un rol importante.