Pérez Henares reivindica la figura heroica de Álvar Fáñez

V.M.
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El escritor y periodista alcarreño ambienta su última obra en la segunda mitad del siglo XI y principios del XII, período en el que este héroe castellano consolida la frontera del Tajo

Antonio Pérez Henares estuvo acompañado por el director de ‘La Tribuna de Albacete’, Francisco Javier Martínez, en la presentación. - Foto: J.M. Esparcia

Uno de los momentos decisivos que consolidó el avance cristiano frente a los musulmanes en plena Reconquista, concretamente el período que va del año 1040 al 1114, es el escenario elegido por Antonio Pérez Henares para situar la acción de su última obra, la celebrada novela histórica  La tierra de Álvar Fáñez.

Durante la presentación y firma de ejemplares de su obra en El Corte Inglés, acto donde el autor estuvo acompañado por el director de La Tribuna de Albacete, Francisco Javier Martínez, que ensalzó la figura de «un magnífico periodista y escritor, además de gran amigo», Pérez Henares dio detalles del arduo proceso de elaboración de esta obra, para la que contó con el inestimable apoyo del medievalista Plácido Ballesteros.

En estas más de 500 páginas se reivindica la figura de un personajes fundamental de nuestra historia, que ha permanecido eclipsado por Rodrigo Díaz de Vivar, su primo hermano, con el que mantuvo una relación fraternal, aunque estuviese lejos de ser su mero lugarteniente.

El novelista alcarreño confesaba que siempre había tenido en mente escribir una obra ambientada en la Edad Media y sobre este personaje tan vinculado a «mi paisaje geográfico y lingüístico, porque la patria de un escritor es su lengua». En ese sentido desveló que los lugares que aparecen en las gestas del Cantar de Mío Cid son especialmente familiares para él. «Desde mi pueblo, Bujalaro, próximo a Hita, el horizonte es el castillo de Jadraque o las torres de Atienza, lo mismo que son tan cercanos para mí los romances castellanos del siglo XII y XIII que me contaba mi abuelo».

Pérez Henares hace emerger en esta obra la figura fascinante de Álvar Fáñez y, aunque reconoció haberse permitido alguna licencia, como situar al personaje en el destierro junto a El Cid, va describiendo cómo el héroe castellano logra consolidar la frontera del Tajo alcanzada por las tropas de Alfonso VI, pese al empuje de los fanáticos almorávides llegados del Sáhara. El propio monarca, tan maltratado en el célebre cantar de gesta, es descrito en esta obra como un gran estratega y diplomático, con una avanzada idea de lo que será más adelante España.

El escritor alcarreño erige a Fáñez como la figura clave del período y le dota de una importancia idéntica a la del Cid, reivindicando su capacidad para aferrarse a las tierras de Zorita o Toledo pese a algún revés militar de importancia, caso de la batalla de Uclés.