Un total de 256 menores de la provincia de Albacete están en la actualidad bajo la tutela de la Administración regional, bien de manera temporal, o en algunos casos el «amparo» llega a convertirse en permanente, siempre con el objetivo de que a los menores no les falta nada.
Cuando la protección de los menores y su bienestar no es garantizado por su familia -padres o tutores- tiene que intervenir la Administración, en este caso la Consejería de Bienestar Social, garantizando a todos los menores en situación de desamparo un contexto normalizado de desarrollo personal, que respete su integridad y potencie sus cualidades, a ser posible en su propia familia o en otra, rodeado de una red informal -ciudadanos-y formal -servicios comunitarios- de apoyo.
La razón económica no es la causa de que unos hijos sean separados de sus padres, sino que son otras las razones las que llevan a la Administración a asumir la tutela. Estaríamos ante casos de padres que por su juventud o por sus conocimientos no saben cuidar a sus hijos, o no quieren hacerlo o aunque quieren no pueden porque están enfermos o en prisión o han sido víctimas de malos tratos. Desde el servicio de Menores de la Dirección Provincial de Bienestar Social de la Junta de Comunidades se insiste en que el objetivo que persigue siempre la Administración regional es integrar a los menores en situación de desamparo en un núcleo familiar estable y adecuado a sus necesidades, bien a través de familiares directos a sus progenitores o familias ajenas, siendo el último recurso el acogimiento residencial en un centro de menores o un piso de acogida, al tiempo que se trabaja, en los casos en que es posible, por el retorno del menor a su núcleo familiar.
Precisamente en estos momentos son 148 los menores de la provincia que conviven con otras familias alternativas a sus padres, a través del programa de acogimiento familiar, una cifra que representa más de la mitad de los que están tutelados por la Junta, una cifra que la Consejería de Bienestar Social quiere mejorar consiguiendo para ello sensibilizar a más familias que decidan dar el paso de ocuparse del cuidado y educación de un menor de manera temporal o incluso permanente. De estos 148 menores, 105 están con familiares, en concreto, con 82 familias, mientras que el número de menores con otras familias con las que no tienen relación de parentesco es de 43, que residen con 30 familias.
Como pensar en una hipotética situación en la que no fuera posible la intervención de los servicios de protección a menores sería irreal, puesto que cabe esperar que sigan existiendo casos graves de vulneración de los derechos de los niños donde sea necesaria la provisión de servicios de urgencia y especializados al niño y a su familia, así como casos donde sea preciso separar temporal o definitivamente al niño de su familia biológica, en por lo que la Junta de Comunidades mantiene abierta su campaña de captación de familias acogedores, como mejor recurso que ofrece la oportunidad al menor de disponer de relaciones educativas sanas.