El moniquí, con sombras

G.G.
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Aunque la calidad es «extraordinaria», a causa de las tormentas de finales de mayo se calcula una merma del 25% en la cosecha

La fruta más característica de Tobarra, el albaricoque moniquí, verdadera joya de la corona de la huerta local, acaba de iniciar una campaña con más sombras que luces, sobre todo por la merma de más del 25% de la cosecha, que difícilmente alcanzará este año los dos millones de kilos, lo que supondrá una pérdida de dos o tres mil jornales, «o lo que es lo mismo, mucha renta y cotizaciones a la Seguridad Social perdidas, que va a repercutir negativamente en el comercio y los servicios locales», según cree David Díez, gerente de la Cooperativa San Roque. 

La campaña se prolongará durante varias semanas, extendiéndose casi todo el mes de julio, «porque este año va a ir más rápida por el calor, aunque intentaremos no sacar al mercado todo el producto al mismo tiempo para que no bajen los precios».

La cosecha no se realiza al mismo tiempo en todas las zonas, ya que la floración en amplias zonas del Raso, es más tardía y, por otro lado, en toda la extensa huerta de Polope, «prácticamente está perdida la cosecha al 100% y estaremos hablando de más de medio millón de kilos, incluidas otras variedades de mesa».