La residencia universitaria Benjamín Palencia acogió ayer la primera jornada del campus de entrenadores que, a iniciativa de los técnicos AntonioCuartero y Antonio Palencia con la colaboración de la FFCM, tiene lugar durante el fin de semana en Albacete.
Ayer fue un día intenso en actividades desde la apertura del campus, que comenzó con una ponencia a cargo de Gorgonio López, analista del Albacete Balompié, que versó sobre la metodología para el análisis táctico. Le sucedieron Ángel García Cosín y José Carlos Izquierdo, entrenador y preparador físico de la UD Socuéllamos, respectivamente, que trataron la aplicación de las tecnologías al fútbol aprovechando su experiencia desde el ámbito amateur hasta el semiprofesional.
Después llegó una mesa redonda, sin un tema fijo, en el que se trató la figura del entrenador desde diversos puntos de vista. La protagonizaron los técnicos Quique Latasa y Alberto Monteagudo, el secretario técnico del Albacete Víctor Moreno, y Ricardo Cabañas, agente FIFA y experto en coaching.
La tertulia, que resultó animada por la participación del público, la mayoría entrenadores, giró en torno a diversas cuestiones. Una de ellas fue la experiencia en el fútbol internacional de los técnicos españoles, y en tal sentido Quique Latasa explicó su propia experiencia en Malasia, donde acompañó como ayudante a CésarFerrando en el Johor Darul Takzim, conjunto con el que acabaron ganando la Superliga de aquel país.
Latasa desgranó las notables diferencias con el fútbol de aquel país, no solo en el clima, sino también por lo que respecta a las diferencias culturales y deportivas. El técnico explicó la doble vertiente de esa labor, la positiva proyectada en el aprendizaje de jugadores con escasa base técnico-táctica, la creación de un centro de alto rendimiento, campos e infraestructura, y el cumplimiento de los contratos en el aspecto económico, no en vano el propietario del club es Tunku Ismail Ibni Sultan Ibrahim, príncipe del estado de Johor.
También se puso encima de la mesa el caso del Albacete Balompié y la labor exitosa de la secretaría técnica que ha acabado con el ascenso y el mantenimiento de la categoría. A este respecto su titular, Víctor Moreno, repasó los últimos años desde su llegada al club, los problemas vividos y su política en la contratación de jugadores, en la que prima «la ambición y el hambre por progresar por encima de nombres protagonistas de éxitos recientes», aspectos que se conjugaron con «la ilusión» propia y la del entrenador Luis César.
Moreno admitió que su trabajo en el club blanco le iba a suponer «la única oportunidad de poder llegar a Segunda División», e instó a los presentes a «no cerrarse ninguna puerta, hacer de todo, escuchar y ver fútbol», en la idea de adquirir versatilidad para diversas tareas en un ámbito tan complejo como el futbolístico.
Ricardo Cabañas, por su parte, reconoció «la bola económica» que ha acabado con una gran crisis en el fútbol español, y propuso sustituir la falta de ingresos por «seguir un patrón, ver mucho fútbol y apostar por ello porque los recursos están en cada uno».
También se suscitaron cuestiones como la del papel del portero, y se subrayó la tarea central del preparador de guardametas en función del cambio de rol de este jugador en el fútbol moderno.
Por último, se trató la relación del técnico con los jugadores en cuanto a la información que es preciso suministrar al segundo. En este sentido, Quique Latasa advirtió de lo «contraproducente» de un excesivo volumen de la misma, y Alberto Jiménez Monteagudo explicó su metodología basada sólo en lo necesario.
Para concluir, Víctor Orta, secretario técnico del Elche que posteriormente ofreció otra ponencia, admitió las deficiencias en la elección del técnico por parte de los directores deportivos.