Renacen las Reales Fábricas de Riópar

I. M.
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Cinco habitaciones del edificio 'San Carlos' se han transformado en archivo y en biblioteca; la serrería se convertirá en un Auditorio; las cocheras en pabellón polideportivo, y un edificio en centro de salud

La siguiente actuación en las Reales Fábricas será arreglar la serrería y convertirla en un edificio multiusos con diferentes espacios, entre ellos, un Auditorio para 300 personas. - Foto: Rubén Serrallé

Las Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz en Riópar poco a poco van resurgiendo, como el Ave Fénix, de sus cenizas. Así, para empezar, las deterioradas dependencias que ocupaban las antiguas oficinas del edificio de San Carlos, el más grande y asimismo el más conocido de este complejo fabril, ya están arregladas y acondicionadas como un archivo y una biblioteca. La obra ha sido sufragada con dinero procedente de distintas administraciones, entre ellas, el propio Consistorio, y su apertura al público no se dilatará en el tiempo más allá del 1 de marzo y, además, podrán hacerlo a coste cero pues la entrada al Museo incluiría este itinerario que en estos momentos está en pleno proceso de equipación.  

En lo concreto, se ha obrado en cinco habitaciones que vienen a representar en superficie unos 130 metros cuadrados, de los cuales, unos 40 son los que ocupaba sólo el despacho del director, incluido el espacio que tenía destinado para biblioteca personal, y otros 12 metros cuadrados los aseos, que también han sido arreglados, según informa el primer edil, el popular Javier García, y que se van a llenar con todo ese material que se encontraba disperso en la instalación fabril y que se han logrado recuperar de dos años acá. De contenido de lo más variado, estamos hablando, por ejemplo, de más de 200 libros, entre ejemplares de la editorial Aranzadi de hace 50 años hasta otras publicaciones sobre legislación y jurisprudencia que tienen entre 120 y 130 años de antigüedad y que eran del director, pasando por todos los libros contables que han tenido las Reales Fábricas desde finales del siglo XIX hasta su cierre en 1995, entre otros documentos. A repartirse entre el archivo y la biblioteca, en el archivo estarán los libros contables pero también toda una selección de hojas sueltas que ilustran, por ejemplo, el dibujo que hacían los ingenieros e incluso los propios obreros de los modelos que luego serían fabricados, además de  nóminas  y diversos documentos bancarios, mientras que los libros de legislación y más de una novela que había entre estas cuatro paredes tendrán como destino la biblioteca, lo mismo que más de un ejemplar de la biblioteca actual.

La reforma hecha sobre este espacio ha sido total, pero sin perder el encanto ornamental que tenía en sus orígenes. Así, quitar el falso techo  que se hizo en los años 70 ha permitido que se deje a la luz el inicial, el que se construyó en el siglo XIX repleto de vigas de madera, y al que sólo se ha añadido un único elemento ornamental, un tragaluz, a fin de darle mayor resplandor. También se ha podido salvar una parte del suelo y el resto se ha sustituido por el más parecido que se ha encontrado, y lo mismo ha pasado con las paredes, pues únicamente aquellas que estaban más deterioradas por la humedad son las que han sido tiradas y levantadas de nuevo.  Ya lo que se dice nuevas, nuevas, son todas las ventanas.

 

Serrería. Esta actuación, no obstante, es una más de una lista más amplia con varias otras más programadas y, además, para este año. La siguiente no es otra que salvar la serrería. El pasado 11 de octubre en el Boletín Oficial del Estado el Ministerio de Cultura publicó las bases para contratar la empresa que se encargará, en definitiva, de convertir el inmueble sito en la margen derecha del arroyo Gallizo que se está cayendo, en una especie de edificio multiusos, que albergue, por un lado, un Auditorio con capacidad para 300 personas y, por otro, diferentes espacios para ser usados por grupos de niños y de jóvenes y otras asociaciones para ensayos de música, teatro o baile; actividades que, hoy por hoy se hacen en la Casa de la Cultura, el único lugar que hay disponible para todo ello en Riópar.

 El pasado 22 de diciembre se abrieron las propuestas económicas que presentaron las empresas, previo paso a su adjudicación seguramente en este mes, por lo que el alcalde, no descarta que entre mediados y finales de febrero se comience a obrar.  

El arreglo de la serrería, como  es conocido, se enmarca en el Plan Director del Conjunto Industrial de las Reales Fábricas y los 20 millones de euros que contempla de inversión total a realizar durante 20 años con cargo a los presupuestos de distintas administraciones,  y su ejecución se hará en dos fases, por expresarlo de alguna forma. Lo primero que se va hacer es «trabajar la estructura a fin de que no se caiga, máxime las inclemencias meteorológicas del invierno, lo poco que queda del techo, una armadura de pino que aún se puede rescatar, y aguanten las paredes». La idea es dejar la estructura  como una nave diáfana para lo cual ya se aprobó y asignó en el 2014 una primera partida de 481.000 euros .

Una vez hecha esta remodelación exterior será cuando se haga el Auditorio propiamente dicho. La inversión que se necesita, según el citado Plan, supera los 800.000 euros y la contratación de esta parte se haría en primavera con cargo a una segunda partida, la asignada para este año. La intención del primer edil de Riópar, es que «el Auditorio esté funcionando cuando empiecen las actividades de otoño».

centro de salud. Ahora bien, el Auditorio no va a ser el único inmueble para disfrute de los vecinos de este municipio que se va hacer dentro del complejo de las Reales Fábricas. Se trata de un nuevo centro de salud y un pabellón polideportivo; dos infraestructuras, además, según Javier García, «muy necesitadas».  La secuencia prevista es la siguiente: una vez entregado el Auditorio, allá por el otoño, empezar, nada más sean aprobadas, con esas dos acometidas, primero con el centro de salud y después con el polideportivo.

 Conforme a lo que está conveniado con la Junta de Comunidades para la construcción de los centros de salud, salvo los terrenos, que deben ser cedidos por los Ayuntamientos, la administración  regional es la que corre  con los gastos de la construcción y equipamiento; cosa que, no obstante, no sucederá en Riópar, pues en este caso, dice García, únicamente le quedará «vestirlo», desde el momento en que  «la obra se haría  por lo tanto con cargo al citado Plan, a los 20 millones de inversión aprobados. Lo que no es de recibo es que entre archivo y biblioteca vayamos a tener más de 130 metros cuadrados y no lleguen, por contra, a 40 los que tenemos de centro de salud para una población como la nuestra con 1.509 vecinos censados y una población flotante de más de 7.000», comenta el regidor de Riópar.

Pabellón. En cuanto al pabellón polideportivo, según recuerda García, «aunque está prometido desde el año 2001, nunca se ha ejecutado, de manera que somos el único pueblo de la provincia con más de 1.500 habitantes que no tiene un polideportivo pero, sin embargo, sí que tenemos un instituto y  cuando llueve o nieva, como ha pasado esta semana y pasa más veces a lo largo del invierno, sus alumnos no pueden hacer educación física pues la hacen al aire libre, en el patio». Pero el pabellón no sólo podrá usarse por los estudiantes para la asignatura de educación física, sino igualmente por todo vecino que desee hacer cualquier tipo de deporte.

La licitación de ambas obras igualmente corresponderá al Ministerio de Cultura y su visto bueno a Patrimonio. El dinero aprobado para este año dentro del citado Plan es de más dos millones y medio de euros, de los que un millón de euros respectivamente se destinarán a la construcción del centro y al pabellón. Además los proyectos ya están redactados  con un plazo de ejecución desde que se ponga la primera piedra hasta que se acabe de 10 meses en ambos casos. Las antiguas cocheras serán las que se van a rehabilitar (sólo las paredes laterales pueden conservarse) para acoger el pabellón polideportivo, mientras que el centro de salud  abarcaría un edificio que no está protegido como tal, pues se hizo en los años 70, y unos terrenos colindantes que son igualmente patrimonio de las Reales Fábricas y que están sin edificar.

«Para que el traspaso de titularidad del complejo de la Reales Fábricas de Alcaraz al Ayuntamiento fuese a coste cero se puso como condición, primero que el Plan había que ejecutarlo y aún no hemos llegado a los tres millones de euros, y en segundo lugar, y no por ello menos importante, que todo lo que se haga con dinero procedente de los fondos aprobados tienen que tener una utilidad pública, algo que se cumplen en ambos casos».

Aún queda mucho por hacer  y muchos lugares en donde actuar, y de hecho lo siguiente que está en cartelera es ni más ni menos, que rehabilitar las casas que se hicieron para albergar los primeros trabajadores, fundamentalmente, ingenieros que venían de Alemania y que están ubicadas justo entre la serrería y el San Carlos. El Plan Director inicialmente contemplaba arreglarlas como casas rurales, pero esto no va a ser así, pues la idea que está barajando el equipo de gobierno actual es convertirlas en museos en vivo, mostrando, por ejemplo, como vivían en el siglo XIX el día a día no sólo el trabajador de la fábrica sino también toda su familia.