Eterno descanso perruno

Maite Martínez Blanco
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Un vecino de la localidad ha empezado a construir un cementerio de mascotas, un proyecto inspirado por el dolor que le causó al despedida de su perra En octubre se podrán hacer los primeros enterramientos de animales

Recreación del cementerio de mascotas que ha empezado a construirse. - Foto: P. Vila

En un paraje conocido como Casilla de la Tuerta, cerca de Cuasiermas, se ha empezado a construir el primer cementerio de mascotas de Castilla-La Mancha. Su promotor es Pedro Vila. Un vecino de Motilleja a quien el dolor que le causó la despedida de su perra Queen, una pequinesa enana con la que había convivido 18 años, le inspiró la idea.

Cuando Queen murió, el veterinario les comunicó que la perra debía ser incinerada, pues la normativa impide su enterramiento en cualquier lugar, «nosotros nos negamos a que fuese de cualquier manera, con restos de animales, y nos tuvimos que ir a Murcia porque aquí no había ninguna incineradora que diese este servicio». Y ¿después qué?, «estuvimos llorando a nuestra perra un mes y pensé que nadie que quisiera a su mascota como nosotros tenía que pasar por ese trance». Así empezó a darle vueltas a la idea de construir un cementerio de mascotas.

Una idea que le ha costado dos años de farragosos trámites burocráticos hacer realidad, «tenemos los mismos permisos que un cementerio de personas». Mucha paciencia y la inversión de unos 100.000 euros han hecho realidad el empeño de este hombre que ahora está en paro, fue víctima del ERE de Gamesa.

Todo su dinero lo ha invertido en comprar 25.000 metros cuadrados de terreno donde ya se ha empezado a construir el Paraje de los Sueños, como ha denominado al lugar. El arquitecto Raúl Aroca ha diseñado este particular camposanto, de los que hay muy pocos en España, «el único que conozco está en Madrid», apunta el promotor, que quiere hacer de este lugar una especie de parque, de paseo agradable, donde los dueños de mascotas sigan yendo a recordar a los animales con los que compartieron su vida, «nos gustaría que la gente fuese allí a recordar su animal, pasear, disfrutar leyendo un libro, incluso pondremos servicio de wifi». El cementerio tiene apariencia de anfiteatro; los nichos estarán cubiertos por vegetación. A ambos lados, se respetarán dos zonas de vegetación autóctona que hay ahora mismo y se creará una laguna artificial para hacer embellecer el lugar.

Además de los lugares de enterramiento, construirán un edificio tanatorio donde poder velar al animal el tiempo que se quiera. Ofrecerán también servicios de recogida de la mascota fallecida e incluso la organización de la despedida si el dueño así lo desea. El proyecto contempla también un bosque de columbarios, donde quienes incineren a su mascota puedan depositar las cenizas si así lo desean para tener un lugar donde recordarlo.

Aunque a Pedro Vila lo inspiró la muerte de su pequinesa, este cementerio no está pensado solo en perros, aquí se podrá enterrar cualquier mascota, da igual que sea un gato que un reptil. Este cementerio tendrá capacidad para 4.500 animales de distintos tamaños. Los precios están aún por concretar, aunque Vila asegura que será económico «desde 100 euros podrás dar digna sepultura a tu mascota si así lo quieres».

Las máquinas ya están trabajando, por lo que en octubre confía en que pueda realizarse el primer enterramiento, aunque ya pueden hacerse las primeras reservas.