El Albacete vuelve a disputar un partido un viernes, está vez por aquello de que tanto manchegos como su rival, el Nástic de Tarragona, ya habían sido eliminados de la Copa del Rey  y no tenían que jugar entre semana. La liga prometió al Alba compensarlo y ya son varios los encuentros que han sido fijados para los domingos por la tarde, horario futbolístico por excelencia.
El partido de hoy tiene dos puntos fundamentales. El primero es que el Albacete sólo piensa en una cosa, ganar en casa. Los de Ramis están disputando un buen campeonato. Los resultados son excelentes, ahí está la clasificación, pero en casa sólo se ha ganado un partido, a primeros de septiembre, por lo que hay muchas ganas de brindarle un triunfo a esa fiel afición que este año ha respondido con creces a la llamada del club y se ha batido el récord de abonados en Segunda División.
No gana el Alba en el Carlos Belmonte, pero tampoco  pierde, un dato fundamental en esta liga tan competitiva, en la que cualquier punto, por insignificante que parezca, puede luego tener su peso en oro. Tras recuperar la senda de los triunfos ante el Extremadura, ahora toca repetir en el Belmonte frente a un Nástic de Tarragona en zona de descenso.

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